Los pesticidas están en todas partes. Están en el agua, en el suelo y en nuestros alimentos, incluso en la leche materna. Los pesticidas químicos dejan residuos que pueden permanecer en el ambiente durante meses o incluso años. Estos se pueden acumular dentro de los tejidos de seres vivos a lo largo del tiempo, un proceso conocido como bioacumulación.
La mayoría de las frutas y vegetales que consumimos son cultivados
con pesticidas químicos, algunos de ellos dejan residuos que incluso
pueden llegar hasta nuestro plato. Aunque los residuos de pesticidas son
monitoreados en cultivos de exportación, los cultivos que son
comercializados a nivel local no necesitan cumplir con esos estándares
de calidad.
Otra de las principales fuentes de exposición de pesticidas
es el consumo de carnes y lácteos. Los animales de granja, como
gallinas, vacas y cabras, consumen alimentos que fueron cultivados con
pesticidas. Estos se acumulan en los tejidos de los animales, en
especial en la grasa, la cual se encuentra en la carne, huevos y lácteos de estos animales.
Cuando consumimos estos alimentos, los pesticidas entran en nuestro cuerpo y llegan a la sangre, donde pueden transportarse a todo el cuerpo. Una parte de estos se eliminan en la orina a través de los riñones, pero otra parte se acumula en la grasa corporal, así como ocurre en los animales.
Desde hace 70 años se ha comprobado la presencia de pesticidas como DDT en la leche materna. El DDT es un insecticida catalogado como “probablemente cancerígeno”, está prohibido en Norteamérica y Europa y es ampliamente utilizado en Guatemala y otros países de Latinoamérica.
La leche materna contiene grasa, la cual puede contener residuos de pesticidas que se acumularon en la madre. Durante el período de lactancia, estos residuos se transmiten al bebé a través de la leche materna.
Aunque la cantidad de pesticidas en la leche materna se ha reducido en las últimas décadas, aún pequeñas cantidades pueden tener efectos negativos en los bebés que tienen un sistema inmune poco desarrollado y un cerebro en formación. A pesar de esto, los beneficios de la leche materna como alimento superan los riesgos, ya que le proveen al infante nutrientes y anticuerpos que no podrían conseguir de otras fuentes.
Referencias
Anderson, A.R. 2017. Lactational Exposure to Pesticides: A Review. Toxicology. 3(1): 1-9.